Los hermanos Wright que se ganaban la vida haciendo bicicletas creyeron que eran capaces de sacar partido a sus habilidades mecánicas en tierra y que podrían hacer lo mismo en el aire. Los hermanos leían con interés los estudios aeronáuticos, elaboraban maquetas experimentales, mantenían correspondencia con los mejores científicos y observaban los pájaros. En 1900 preguntaron al instituto de climatología de Estados Unidos donde podrían encontrar un lugar con vientos moderados y suficiente espacio para probar sus paleadores.
A partir de ese momento viajaban a Hawk todos los otoños; durante tres años arriesgaron sus vidas en aeronaves inestables y sin motor. De regreso perfeccionaban sus diseños. Cuando lograron volar solo unos pocos periódicos se interesaron por el acontecimiento. Cuando lo hicieron por segunda vez se convirtieron en celebridades.
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